La plantilla estructural de los centros a día de hoy está determinada por una normativa que se encuentra completamente obsoleta.
Llevamos años y años recibiendo comunicaciones de la Conselleria en las que se afirma que van a cambiar las plantillas orgánicas, tanto en anuncios de negociación que nunca llegan a materializarse como en manifestaciones públicas de los dirigentes de educación sobre la supuesta apuesta por el crecimiento estructural de profesorado en los centros.
Sin embargo, esta revisión ni llega, ni se le espera. Promesas incumplidas como las de que todos los grupos de los colegios contarían con una persona tutora de Primaria, que todos los centros tendrían personal especialista suficiente en plantilla para la atención a la diversidad… son ejemplos de falsos propósitos que han causado una gran desconfianza e indignación entre los equipos directivos y entre todo el profesorado.
Es cierto que la administración asigna cada curso mediante el PAM recursos complementarios extraplantilla para llevar a cabo los programas y/o planes de los centros pero sin embargo, ante la situación de precariedad absoluta de las plantillas orgánicas, los centros finalmente se ven obligados a no poder llevar a cabo estos planes y programas por tener que cubrir la atención básica al alumnado recurriendo a esta dotación supuestamente complementaria de personal.
Esta situación problemática se agudiza aún más si cabe para este próximo curso 2022-23 ya que la dotación de PAM para el próximo curso se ha visto recortada inexplicablemente, volviendo a la del curso 2019-2020 sin tener en cuenta que las necesidades son completamente diferentes y superiores en la actualidad.
ANPE advierte que los criterios de asignación de personal del PAM no han sido negociados y por tanto han sido aplicados unilateralmente por la Conselleria obviando además la evaluación y los informes favorables a las dotaciones de recursos PAM realizadas. Ante la petición de explicaciones sobre este recorte, la Conselleria lo justifica diciendo que la disminución es debida a la eliminación de la dotación de puestos asignados para llevar a cabo las medidas COVID, motivo por el cual se ha vuelto a la dotación del curso 2019-2020.
ANPE considera inasumible esta justificación del recorte ya que las necesidades reales han cambiado desde el curso 2019-2020 independientemente de la terrible pandemia.
Se ha implantado el nuevo modelo de inclusión y de orientación, ha aumentado el número de alumnado con necesidades de apoyo en los centros que son atendidos con escasos recursos específicos, se han desarrollado los programas lingüísticos, se ha vuelto a las 18 horas lectivas del profesorado de Secundaria, se han implantado la 23 horas lectivas en el cuerpo de maestros, fruto de un acuerdo del que ANPE no participó ya que no ofrecía garantías del aumento necesario de personal para su realización efectiva y se han multiplicado las funciones de los equipos directivos sin que se dote de profesorado suficiente para poder cubrir su docencia.
Todas estas circunstancias siguen sin tenerse en cuenta en la dotación de profesorado que cada vez ve más inalcanzable asumir el objetivo de ser el motor de una enseñanza inclusiva y plurilingüe de calidad.
